El analista Alberto Rojas, director del Observatorio de Asuntos Internacionales de la Universidad Finis Terrae, dijo que es "muy poco probable" que el presidente ruso, Vladimir Putin, se involucre directamente en un conflicto a gran escala por Irán.
En entrevista con Lo Que Queda Del Día en Cooperativa, el experto abordó el reciente ataque iraní a una base estadounidense en Qatar y el complejo panorama en Medio Oriente, descartando que Rusia vaya más allá de las declaraciones diplomáticas, a pesar de la cercanía entre Moscú y Teherán.
El ataque iraní, en respuesta al bombardeo estadounidense a tres instalaciones nucleares, fue interpretado por Rojas como un intento de "rescatar el honor" de Irán. Sin embargo, destacó que la acción se realizó con "ciertas precauciones": Irán avisó previamente a Qatar sobre el inminente ataque y lanzó una cantidad baja de misiles, demostrando capacidad de respuesta sin buscar una escalada total.
Pese a los impactos, no se registraron víctimas en Qatar y los misiles fueron interceptados, dejando "la pelota en el lado estadounidense de la cancha", indicó el analista.
La gran interrogante, según Rojas, es cómo detener la escalada entre Israel e Irán, que representa un "nuevo frente abierto en Medio Oriente". Planteó que, aunque Estados Unidos intervino puntualmente en apoyo de Israel para atacar instalaciones nucleares subterráneas, no hay pruebas claras de la magnitud del daño al programa nuclear iraní. Además, advirtió que la posibilidad de que Irán posea instalaciones secretas o haya reubicado uranio enriquecido sigue siendo "una pregunta abierta que, probablemente, solo conocen los servicios de inteligencia".
En cuanto a la participación de otros países, Rojas observa a un Irán "bastante solo" en la región, con grupos aliados como Hamás y Hezbolá debilitados, y la caída del gobierno de Bashar al-Assad en Siria, lo que ha llevado a Teherán a buscar apoyo en potencias como Rusia, con quien mantiene "una relación particularmente estrecha", especialmente tras la guerra en Ucrania.
Sin embargo, afirmó que es "muy poco probable" que "Vladimir Putin decida romper lanzas por Irán e involucrarse en un conflicto directo con EE.UU.", por lo que la postura rusa sería principalmente diplomática y "no va a cruzar más allá".
De igual forma, el académico apuntó que China no tiene interés en que la situación se agrave y afecte el flujo de petróleo a través del Estrecho de Ormuz, vital para su economía, por lo que "quiere que esto termine rápido".