Un reciente informe elaborado por el Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (Senda) reveló una disminución en consumo alcohol, marihuana y drogas sintéticas entre los estudiantes universitarios, pero advirtió un alza en el uso de medicamentos tranquilizantes sin receta médica.
El Tercer Estudio de Drogas en Educación Superior del Senda evidenció cambios significativos en los patrones de consumo por parte de universitarios de entre 17 y 25 años.
"Los consumos de sustancias 'tradicionales' como el alcohol y la marihuana, muestran señales de contracción. Pese a esta tendencia, una de las principales conclusiones es (que existen) menos estudiantes consumiendo, pero quienes lo hacen tienden a hacerlo con mayor intensidad", explicó Natalia Rifo, directora nacional de Senda.
La autoridad advirtió, por otra parte, que "preocupa" el aumento en el uso de fármacos tranquilizantes adquiridos sin receta médica, que tiene "una tendencia un poquito al alza".
"(Esto) puede ser explicado, por ejemplo, por un afrontamiento ante la presión académica o dificultades de salud mental, y por eso es tan importante este dato: nos llama a seguir trabajando en integrar la salud mental y el bienestar estudiantil como elementos de prevención respecto a esta percepción de riesgo que, además, pudiese ser menor respecto a automedicarse", complementó.
Senda informó que se encuentra trabajando con las instituciones del Consorcio de Universidades del Estado de Chile (Cuech) en la implementación de modelos preventivos y protocolos para la detección temprana del consumo.
Graves riesgos de automedicarse con tranquilizantes "Z"
Los tranquilizantes, también conocidos como "drogas Z", son medicamentos que deprimen el sistema nervioso y se utilizan en tratamientos para la ansiedad, el insomnio o como relajantes musculares.
El doctor en farmacología Leonel Rojo, académico de la Universidad de Santiago, explicó que dichos medicamentos corresponden a "zopiclona, zolpidem, zaleplon, clonazepam o clotiazepam".
"En el caso de las benzodiacepinas, el riesgo de adicción y de amnesia anterógrada es muy alto. En casos de sobredosis (puedan causar) depresión respiratoria. También (existe) el riesgo de adulteración, porque cuando uno consigue medicamentos en el mercado negro, nunca está seguro de lo que está consumiendo", enfatizó.