La vicepresidenta de la Asociación de Universidades para la Investigación en Astronomía de Estados Unidos (AURA), que coordina y administra el proyecto Vera C. Rubin, Alejandra Voigt, destacó este martes en Lo Que Queda del Día en Cooperativa que las primeras imágenes tomadas durante el período de pruebas del nuevo observatorio son un "pequeño aperitivo" de la "película del universo" que se espera lograr durante los próximos 10 años de operación del telescopio.
La abogada chilena y también directora de AURA en Chile explicó que el Rubin, que opera desde la cima del Cerro Pachón, en pleno corazón del Valle del Elqui, no solo destaca por su extraordinaria potencia, "capaz de observar lo que todos los telescopios del mundo observan ahora", sino también por "la revolución de la tecnología y de los sistemas que se pusieron en marcha", creados específicamente para sus objetivos científicos.
Fotografía del Observatorio Vera C. Rubin que muestra una pequeña sección del Cúmulo de Virgo. Crédito imagen: EFE/Observatorio Vera C. Rubin
El principal objetivo del observatorio, dijo Voigt, es "hacer un paneo del cielo sin parar; una película de todo lo que pasa en el cielo durante 10 años para que los astrónomos puedan ir comparando la dinámica del cielo, que es lo más interesante y que no se ha podido observar hasta ahora, lo que va cambiando, lo que se va moviendo, cómo nacen y cómo se mueren las estrellas".
Se calcula que, cada noche, el Rubin será capaz de detectar "al menos 10.000 cambios observables", cubriendo todo el cielo del hemisferio austral cada tres noches de manera repetitiva, detalló.
Esta capacidad única permitirá una amplitud de visión sin precedentes, revelando un número significativamente mayor de galaxias y asteroides. En este último punto, Voigt resaltó que el Rubin servirá como un crucial "instrumento de defensa planetaria", al poder identificar asteroides que potencialmente podrían amenazar la Tierra.
Además, la observación continua es clave para uno de los grandes misterios de la cosmología: determinar la naturaleza de la materia y la energía oscura, que representan cerca del 95% del universo. A través del estudio de fenómenos como las supernovas, se espera obtener luces sobre cómo se comporta la energía oscura y cuáles son sus efectos.
Fotografía del exterior del proyecto Vera C. Rubin en Cerro Pachón.
Crédito imagen: Rubin/NSF/AURA
Un proyecto estadounidense operado por chilenos
El Observatorio Vera C. Rubin es un proyecto predominantemente norteamericano, financiado principalmente por el Departamento de Energía y la Fundación Nacional de Ciencia de Estados Unidos. La participación del Departamento de Energía se explica por su interés en descifrar la energía oscura y sus implicaciones, dada su vasta división de ciencia dedicada al desarrollo tecnológico para detectar y producir energía.
Chile, como país anfitrión, juega un rol crucial en esta iniciativa global. Voigt subrayó que hay una importante participación chilena en el proyecto, tanto en la construcción de la infraestructura como en la operación del observatorio. Se estima que alrededor de 100 personas estarán directamente involucradas en la operación, y de estas, "la mitad, sino un poco más, serán chilenos".
Actualmente, AURA emplea a 350 funcionarios en Chile para sus diversos telescopios, de los cuales 300 son chilenos, lo que demuestra la significativa contribución del talento local en la vanguardia de la astronomía mundial.