Estará ubicado en la localidad de Neusiedl am Steinfeld y tendrá una capacidad de un millón de metros cúbicos.
El proyecto costará unos 98 millones de euros (más de 100 mil millones de pesos chilenos).
El objetivo de la iniciativa es hacer frente a la creciente demanda de agua, en medio del calentamiento global.
Durante los próximos cinco años, Viena planea construir un depósito cerrado de agua potable con un millón de metros cúbicos, transformándolo en el más grande del mundo, esto, para garantizar su consumo pensando en el cambio climático.
El proyecto forma parte de la estrategia "Wasser Wien 2050" (Agua Viena 2050) puesta en marcha en 2022 para garantizar el suministro de agua en el futuro, explicó el Ayuntamiento de Viena en un comunicado.
"La seguridad del suministro para los vieneses es mi máxima prioridad. Nosotros actuamos con previsión y asumimos la responsabilidad", aseguró el alcalde, el socialdemócrata Michael Ludwig, durante una visita a las obras del depósito, situado al sur de la capital austríaca.
El objetivo es hacer frente a la creciente demanda de agua, y garantizar su disponibilidad ante los fenómenos meteorológicos extremos como inundaciones o sequías provocados por el cambio climático.
La ampliación, costará unos 98 millones de euros, lo que equivale a más de 100 mil millones en pesos chilenos, y se usarán cementos especiales que sostengan la presión de las masas de agua en cuatro nuevas cámaras, así lo explicó la agencia de noticias austríaca APA.
Para su ejecución, se está ampliando un depósito ya existente, en la localidad de Neusiedl am Steinfeld, construido en los años 1950 y que contiene actualmente unos 600.000 metros cúbicos de agua.
En un primer paso, el volumen aumentará hasta 800.000 y luego llegará hasta el millón de metros cúbicos de agua cristalina, procedente de las cercanas montañas alpinas. Según datos de la empresa gestora de agua de Viena, la capital austríaca consume cada día unos 400.000 metros cúbicos de agua.
