Google advirtió este lunes al Parlamento australiano de que la prohibición de acceso a las redes sociales para menores de 16 años será "extremadamente difícil de aplicar" y no logrará el objetivo de proteger mejor a los niños en Internet.
Durante una audiencia del comité del Senado que analiza las nuevas medidas de verificación de edad en la red, la responsable de asuntos gubernamentales y políticas de YouTube (subsidiaria de Google) en Australia y Nueva Zelanda, Rachel Lord, señaló que la medida, que entrará en vigor el próximo 10 de diciembre, podría tener "consecuencias no deseadas".
"La legislación no solo será extremadamente difícil de hacer cumplir, sino que tampoco cumplirá su promesa de mantener a los niños más seguros en línea", dijo Lord.
La ejecutiva subrayó que YouTube ha invertido significativamente en el diseño de productos apropiados para distintas edades y en herramientas de control parental.
A su juicio, impedir que los menores usen la plataforma con una cuenta eliminará precisamente los filtros y protecciones creados para ofrecerles un entorno seguro en ámbitos como el deporte, la música o el aprendizaje.
Lord insistió además en que YouTube "no es una red social" sino "una plataforma de transmisión de video que los australianos utilizan como biblioteca de contenido y recurso educativo".
Entre las funciones que dejarían de estar disponibles para los adolescentes al acceder sin iniciar sesión, mencionó la reproducción automática desactivada, los recordatorios para hacer pausas y la supresión de la publicidad personalizada.
La ley australiana
La reacción de la empresa se produce después de que el Gobierno de Australia incluyera el pasado julio a la plataforma de videos YouTube en la ley que prohíbe el acceso de menores de 16 años a las redes sociales que entrará en vigor a finales de año.
El Senado australiano aprobó el pasado noviembre dicha norma, que el país define como pionera y que prohíbe el acceso de los menores de 16 años a las redes sociales, so pena de multas de hasta 32,5 millones de dólares para las plataformas como Facebook, Instagram o TikTok que la infrinjan.
Varios países han promovido legislar sobre el acceso de niños y adolescentes a las redes sociales, pero, en la práctica, las normas enfrentan múltiples obstáculos a la hora de ser aplicadas.