El Tribunal Constitucional (TC) no impugnará la aprobada reforma previsional, ya que no se lograron recaudar las firmas necesarias para presentar el requerimiento.
Según La Tercera, esto buscaba el diputado socialcristiano Roberto Arroyo, quien intentó que sus 38 pares que votaron en contra de la reforma el pasado miércoles firmaran el documento.
Inclusive, existía una fuerte presión en redes sociales para que otros legisladores se sumaran a la arremetida, pero no se llegó a la meta.
El plazo para solicitar la impugnación de un proyecto es de cinco días corridos desde que es despachado por el Congreso; período que venció el lunes, cuando a Arroyo sólo le faltaban tres firmas para presentar el requerimiento.
"El tramitar esta ley a última hora y ad portas de que salieran todos de vacaciones, podría pensar que no se actuó de buena fe", lamentó el parlamentario del Partido Social Cristiano (PSC).
"Si hubiera sido una semana normal, el lunes los habría encontrado en la sala (a los diputados), haciendo que todos firmaran y cumplieran su compromiso", añadió.
De todos modos, se esperaba que esta movida de Arroyo no tuviera éxito, ya que el proyecto previsional tuvo una aprobación con un quórum superior al requerido hasta por una reforma a la Constitución.
Con esto, el TC tiene poco margen y podría definir una "diferencia con el legislador", es decir, visar la norma y no objetar ningún detalle de su redacción.
La última carta que le queda a Arroyo es ingresar un "téngase presente", documento de menor peso jurídico ante el cual, el TC no está obligado a pronunciarse.
