El director de la carrera de Psicología de la Universidad de Las Américas, Gerardo Riffo, explicó en Cooperativa por qué nos gusta, como espectadores, observar y sentir la tensión que viven los humoristas durante el Festival de Viña, en su intento por ganarse la simpatía del temido "Monstruo".
"El humorista se encuentra en la cuerda floja. Esto es una situación que nos pone en estado de alerta, de expectación: eso, de igual manera, nos activa, y esto ocurre a nivel de neurotransmisores. Por eso los cómicos siempre tienen peaks de audiencia", dijo el experto.
"Eso es algo más característico de nuestro país: nos gusta ver ese proceso, mirar cómo le va al otro en su trabajo y en su quehacer, y eso se ha posicionado en el Festival de Viña", analizó Riffo.