El Gobierno de Cuba inició este miércoles el proceso gradual de excarcelación de reclusos que anunció el martes, en coincidencia con la decisión de Estados Unidos de excluir a La Habana de la lista de países que patrocinan el terrorismo.
Desde primera hora de la mañana comenzaron a abandonar los distintos centros penitenciarios, a cuentagotas, varios presos políticos, según constató en terreno la agencia de noticias EFE, y confirmaron activistas y ONG.
No hay datos oficiales, pero entre los reclusos más conocidos a nivel internacional figuran los opositores José Daniel Ferrer y Félix Navarro, y los artistas Luis Manuel Otero Alcántara y Maykel Osorbo, reconocidos como "presos de conciencia" por Amnistía Internacional.
Entre los excarcelados hay también activistas y personas que fueron condenadas por participar en las protestas antigubernamentales del 11 de julio de 2021, las mayores de Cuba en décadas.
Según Justicia 11J y Prisoners Defenders, las dos ONG con los registros más completos sobre presos por motivos políticos en Cuba, todos los beneficiados hasta el momento por la medida han sido excarcelados, en lugar de liberados, algo que perciben negativamente, porque la sanción no se extingue legalmente.
La vicepresidenta del Tribunal Supremo Popular (TSP) de Cuba, Maricela Sosa, confirmó que estas personas no han sido ni indultadas ni amnistiadas -sino, técnicamente, excarceladas- por satisfacer ciertos criterios y que, si no cumplen algunos requisitos hasta la extinción de su pena, como el de "buena conducta", "pueden regresar a la prisión".
"No se trata ni de una amnistía ni de un indulto ¿Por qué? Porque la amnistía y el indulto conllevan la extinción total de la sanción", explicó Sosa.
Frente a las 553 personas que las autoridades cubanas van a excarcelar, Prisoners Defenders registró a finales de 2024 un total de 1.161 presos por razones políticas en Cuba.
Justicia 11J cifra en 549 los manifestantes del 11J condenados.
Esta es la primera excarcelación de presos en Cuba desde 2019, cuando las autoridades indultaron a 2.604 reclusos. La anterior se produjo en 2015, cuando un total de 3.522 presos fueron excarcelados como "gesto humanitario" ante la visita del papa Francisco.
Lista terrorista y crisis económica
La decisión cubana fue anunciada poco después de que Washington informara su decisión de sacar a La Habana de la lista de países que patrocinan el terrorismo, en la que fue incluida en 2017, durante el primer mandato del republicano Donald Trump.
Esa designación implica la prohibición de venta de armas a ese país, un mayor control a sus exportaciones, restricciones en la ayuda exterior, mayores requisitos para los visados y la congelación práctica de gran parte de su actividad financiera en el exterior.
Esto ha contribuido, junto a la pandemia, otras sanciones y una serie de políticas fallidas del Gobierno cubano, a agravar los problemas estructurales de la economía nacional y a sumir a la isla en la grave crisis económica y energética que padece, una combinación difícil de revertir de contracción económica, elevada inflación y déficit abultado.
Cuba sufre una aguda escasez de básicos (alimentos, medicinas y combustible) y prolongados apagones diarios, lo que ha generado un fuerte descontento social, visible en una ola migratoria sin precedentes y en las inusuales protestas que se registraron en 2021.
Washington afirmó que la excarcelación en Cuba y la exclusión de la isla de la lista de países promotores del terrorismo eran las dos caras de un acuerdo mediado por el Vaticano.
El canciller cubano, Bruno Rodríguez, aseguró en una declaración que la medida de EE.UU. es una "decisión en la dirección correcta", pese a ser un paso "muy restringido", pues siguen en vigor múltiples sanciones.
Consideró que Washington sacó a Cuba de la lista tras reconocer que esa es "una política obsoleta y fallida que no tributa a los objetivos ni a los intereses nacionales de los Estados Unidos", aunque no descartó que la nueva administración republicana pueda revertirla.
Marco Rubio: Tengo cero dudas de que Cuba patrocina el terrorismo
De hecho, el designado secretario de Estado de Trump, Marco Rubio -un cubanoamericano defensor de la línea dura con la isla- aseguró este miércoles ante el Senado que él no tiene dudas de que La Habana cumple con los requisitos para estar en la lista terrorista.
"Tengo cero dudas de que (Cuba) cumple con todos los requisitos para ser considerado un Estado patrocinador del terrorismo", afirmó Rubio, hijo de exiliados cubanos.
El nominado a secretario de Estado como sustituto de Antony Blinken sostuvo que el Gobierno cubano ha apoyado a la extinta guerrilla colombiana de las FARC, así como a los grupos islamistas de Hamás y Hizbulá.
También denunció que la isla alberga "estaciones de espionaje" de terceros países rivales de Estados Unidos, además de tener "fuertes vínculos" con Irán y acoger a fugitivos de la Justicia estadounidense.
Rubio no adelantó si Trump volverá a poner a Cuba en la lista de países que promueven el terrorismo, pero insinuó que es un asunto que está sobre la mesa.
"Solo quiero recordarles a todos que este acuerdo con Cuba que se acaba de concretar en las últimas 12 horas no es irreversible ni vinculante para la nueva Administración", indicó.
Cuba había formado parte de la lista desde 1982, pero salió en 2015, durante la etapa de acercamiento impulsada por el entonces presidente estadounidense Barack Obama (2009-2017) y frenada por Trump, que durante su mandato redobló las sanciones sobre La Habana y frenó el "deshielo".