La reciente aprobación de 22 nuevos asentamientos israelíes en Cisjordania ha desatado una ola de críticas y preocupación a nivel internacional, al tratarse de la mayor expansión colonial en territorios ocupados desde 1993, cuando Israel se comprometió en los Acuerdos de Oslo a no establecer nuevas colonias.
La decisión fue confirmada este jueves por el ministro de Finanzas y alto cargo en Defensa, Bezalel Smotrich, quien celebró la medida como "un gran día para los asentamientos". En su cuenta de X (antes Twitter), declaró: "Lideramos una decisión histórica (...) No tomamos tierra ajena, sino la herencia de nuestros antepasados".
Según el diario israelí Haaretz, la aprobación se realizó en secreto hace dos semanas y se dio a conocer solo después de que el medio revelara la información. Dentro de los asentamientos autorizados se incluyen nueve outposts –construcciones iniciales hechas por colonos sin permiso estatal– y otros emplazamientos en zonas remotas como el Monte Ebal, entre Nablus y Sa Nur.
El ministro de Defensa, Israel Katz, sostuvo que se trata de una "medida estratégica que impide la creación de un Estado palestino", reforzando el control de Israel sobre la zona y enviando un mensaje "claro" sobre el futuro del país. "Consolida nuestro derecho histórico a la Tierra de Israel y responde al terrorismo palestino", afirmó.
La ONG israelí Peace Now, que monitorea la expansión de colonias, denunció que esta acción evidencia que "la anexión de los territorios ocupados y la expansión de los asentamientos" son la prioridad del actual gobierno de Benjamín Netanyahu.
"En un momento en que el mundo exige el fin de la guerra, Israel opta por profundizar la ocupación", subrayaron.
"Limpieza étnica"
Por su parte, el grupo islamista Hamás condenó lo que califica como "un crimen de guerra y una limpieza étnica en curso", y pidió a la comunidad internacional tomar medidas que vayan más allá de las condenas simbólicas.
"Urgimos a la ONU a actuar de forma concreta para frenar la anexión", indicó el movimiento en un comunicado, llamando además a los palestinos a intensificar la confrontación "en todos los ámbitos".
La comunidad internacional, incluidas Naciones Unidas y la Corte Internacional de Justicia (CIJ), considera ilegales todos los asentamientos en territorios ocupados tras 1967. En julio de 2024, la CIJ dictaminó que Israel debía reparar los daños en Cisjordania, devolver las tierras ocupadas, evacuar a sus colonos y desmantelar el muro de separación, pero estas exigencias han sido ignoradas por el Estado hebreo.
La nueva expansión incluye el restablecimiento de los antiguos asentamientos de Homesh y Sha-Nur, evacuados en 2005, además de cuatro nuevos asentamientos en la frontera con Jordania y varios dispersos a lo largo del territorio cisjordano.
Mientras Israel insiste en que se trata de "derechos históricos", la comunidad internacional observa con creciente alarma lo que algunos expertos ya califican como una "anexión de facto", que complica cualquier posibilidad de paz en la región.