ESO: Megaproyecto energético "sacará a Chile del número uno en calidad de cielo"

Publicado:
| Periodista Digital: EFE

La representante del Observatorio Europeo Austral, Itziar de Gregorio-Monsalvo, dijo que la coexistencia de la iniciativa y el centro astronómico de Paranal es "imposible".

Si se instala, "va a frenar mucho la capacidad de descubrir el universo" a nivel mundial, pero más en nuestro país, añadió.

ESO: Megaproyecto energético
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El megaproyecto INNA se prevé ubicar entre cinco y 11 kilómetros de Paranal, lo que puede afectar la visión de los cielos por la contaminación lumínica, el polvo generado y las turbulencias atmosféricas.

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Los cielos más oscuros y prístinos del mundo, bajo los que el Observatorio Paranal eligió establecerse en 1999, se ven amenazados por la eventual instalación en Atacama del polémico megaproyecto energético INNA, cuya contaminación lumínica desbancaría a Chile como líder mundial en calidad celeste, alertó a EFE la representante del centro astronómico, Itziar de Gregorio-Monsalvo.

"Este proyecto va a tener un impacto muy fuerte que va a sacar a Chile del número uno en calidad del cielo", aseguró la astrofísica, nueva representante en Chile del Observatorio Europeo Austral (ESO), organización dueña de los telescopios de Paranal.

El proyecto de la empresa estadounidense AES Corporation, de más de 3.000 hectáreas y que actualmente está en fase de evaluación ambiental, afectaría a los telescopios no solo por la contaminación lumínica, sino por el polvo generado durante su construcción y las turbulencias atmosféricas causadas por sus turbinas eólicas, que prevén ubicar a entre cinco y 11 kilómetros de Paranal, apuntó De Gregorio-Monsalvo.

Perjudicar el rendimiento de estos telescopios, subrayó, va a "frenar mucho la capacidad de descubrimiento del universo", lo que tendrá consecuencias en la astronomía mundial, pero sobre todo en la chilena.

"No solamente van a perder la posibilidad de hacer ciencia puntera, sino que si la calidad de este cielo se echa a perder, no va a tener sentido seguir invirtiendo aquí", añadió.

Una "coexistencia imposible"

AES Andes, subsidiaria de AES Corporation, inició la tramitación ambiental de este millonario proyecto de producción de hidrógeno y amoníaco verde el pasado diciembre.

Tras la alerta de la ESO, a la que se sumaron astrónomos de todo el mundo, el Gobierno de Chile dijo estar buscando "soluciones" para que ambas actividades se pudiesen realizar, pero De Gregorio-Monsalvo aseguró que su "coexistencia" es "imposible" y propone instalar el proyecto a entre 50 y 100 kilómetros de sus observatorios.

"Con AES Andes ha habido comunicaciones, pero colaboración ninguna y son absolutamente conscientes del impacto de lo que van a hacer", denunció la representante de la organización europea.

Aunque celebró la nueva norma lumínica de Chile, en vigor desde octubre de 2024, señaló que no contempla las necesidades de cielos "totalmente fuera de rango" como los de Paranal y que, mientras esperan una regulación que proteja los espacios astronómicos, es necesario "definir una zona de exclusión donde no puedan llegar estos proyectos".

A tiempo de salvar el "futuro prometedor" de la astronomía

"Si estas amenazas se regulan a tiempo, yo veo un futuro súper prometedor de la astronomía en el país", afirmó De Gregorio-Monsalvo, la primera mujer representante en Chile de la ESO, que aún cuenta con menos del 30 % de mujeres en su plantilla.

"Creo que estamos en el punto de toma de conciencia de que no podemos seguir así y que nuestras compañeras merecen las mismas oportunidades que nuestros compañeros, porque si no se van a perder cerebros muy brillantes", opinó.

Según la astrónoma, que ha roto numerosos techos de cristal durante los casi 20 años que lleva trabajando en la ESO, estos hitos "generan modelos de rol, que es el primer paso para que las niñas quieran dedicarse a esto".

"Cuando yo era pequeña, toda la gente que trabajaba en observatorios eran hombres", recordó la representante del centro astronómico, que empezó a interesarse por el universo a los 10 años, cuando iba a pasar los fines de semana lejos de la contaminación lumínica de la ciudad, "donde había muchas estrellas y veía todo el cielo", una experiencia "muy inspiradora" que reivindica para todos los niños y niñas del mundo.

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