Premios nacionales piden proteger cielos prístinos de Chile ante megaproyecto energético
AES ingresó a evaluación ambiental la instalación de una planta de hidrógeno y amoníaco verde a menos de 11 km del Cerro Paranal.
AES ingresó a evaluación ambiental la instalación de una planta de hidrógeno y amoníaco verde a menos de 11 km del Cerro Paranal.
Premios nacionales chilenos alertaron sobre el impacto del megaproyecto energético INNA de la empresa AES Andes, que se encuentra en tramitación ambiental, en los prístinos cielos del desierto de Atacama y en sus observatorios astronómicos.
"Expresamos nuestra gran preocupación por el impacto que el mega proyecto INNA (...) podría tener sobre nuestros cielos prístinos y las instalaciones astronómicas de relevancia mundial que alberga nuestro país", advierte la carta, suscrita por 39 personalidades como los reconocidos astrónomos María Teresa Ruiz y José Maza, o los escritores Raúl Zurita y Elvira Hernández.
Las condiciones geográficas y atmosféricas del desierto de Atacama lo convierten en un laboratorio único para la observación astronómica al poseer los cielos más prístinos y oscuros del mundo, siendo el de Paranal el que reúne las mejores cualidades, según un estudio de 2023 publicado por la Royal Astronomical Society.
El millonario proyecto ingresado a evaluación ambiental el pasado diciembre por AES Andes, subsidiaria de la estadounidense AES Corporation, prevé ubicar una planta de producción de hidrógeno y amoníaco verde de más de 3.000 hectáreas a entre 5 y 11 kilómetros del este observatorio.
"El proyecto de AES tiene muchos lugares factibles para su desarrollo, en cambio, replicar las condiciones atmosféricas excepcionales de Paranal y reubicar los telescopios es imposible", añade el comunicado, sumándose así a la propuesta hecha por los observatorios de trasladar las instalaciones energéticas a entre 50 y 100 kilómetros de sus telescopios.
El Observatorio Paranal, construido y operado por el Observatorio Europeo Austral (ESO), ha logrado hitos astronómicos como capturar la primera imagen de un exoplaneta, confirmar la expansión acelerada del universo y contribuir a las investigaciones sobre el agujero negro supermasivo ubicado en el centro de la Vía Láctea que lograron el Premio Nobel de Física en 2020.
"Entendemos y compartimos la relevancia de avanzar hacia energías renovables para enfrentar el cambio climático. Sin embargo, este proceso debe realizarse de manera armónica y sustentable, sin comprometer legados únicos como nuestros cielos prístinos", concluyen los premiados.