La organización ONU Mujeres hizo público este jueves un informe sobre los avances en las cuestiones de género en el mundo según los objetivos de la Agenda 2030 (los objetivos del milenio), en el que reconoce que hay avances legislativos generalizados pero persiste "una discriminación de género enraizada en las estructuras de las economías y las sociedades".
El informe, que analiza la evolución en los últimos cinco años, recalca en su parte positiva que un 88 % de países han aprobado leyes contra la violencia de género (con previsión de servicios para las víctimas), una mayoría prohíbe ya la discriminación laboral por género y un 44 % han adoptado medidas para mejorar la educación de las niñas y su permanencia en la escuela.
Pero en la parte negativa, reconoce que la pandemia del Covid-19 agravó las disparidades de género, y que la polarización política cada vez más presente en muchos países ha permitido la emergencia de 'actores anti-derechos' que están "socavando consensos antiguos sobre asuntos básicos de los derechos femeninos" y trabajando por bloquear o ralentizar su aplicación.
Además, el explosivo crecimiento de la tecnología digital ha traído nuevas amenazas y violencias contra mujeres y niñas, y las crisis económicas en un país u otro siguen cebándose en las mujeres, que suelen ser las primeras en perder sus empleos, mientras que el siempre ingrato trabajo del cuidado de niños y mayores recae casi sistemáticamente en madres o hijas.
El informe ilustra con cifras y porcentajes la evolución de las cuestiones de género en este pasado lustro, cubriendo una extensa gama de ámbitos políticos, económicos o sanitarios. En casi todos los casos donde se registran mejoras hay un 'pero' que indica su fragilidad.
En el plano legal, se han implementado en el mundo 1.531 reformas pro igualdad, pero las mujeres aún tienen un 64 % de los derechos de los hombres; el número de parlamentarias se ha doblado desde 1995, pero 3/4 partes de los escaños siguen estando en manos masculinas.
Los progresos se notan más en países ricos y en familias ricas
Es significativo que en lo relativo a la educación, las adolescentes ya superan a sus pares masculinos en número, pero ese 'salto' falta por darse en África y el centro-sur de Asia, las regiones más pobres del mundo.
Lo mismo sucede con el matrimonio infantil: cayó del 24 % al 19 % entre 2003 y 2023, pero esa mejora se logró en casi todos los casos en hogares acomodados o ricos.
La protección social para las mujeres ha mejorado mucho, y en los últimos 13 años creció un 33 % en todo el mundo; sin embargo, 2.000 millones de niñas y mujeres aún no tenían ningún tipo de cobertura en 2023.
En el mundo laboral, el desequilibrio se ha reducido pero sigue siendo alto: en la franja de edad 25-54 años, un 92 % de los hombres es laboralmente activo, frente al 63 % de las mujeres.
Además, las mujeres abundan en la llamada economía informal: sumaban 772 millones, sin acceso a ninguna protección.
El informe no se limita a una mera constatación de cifras y porcentajes, sino que propone una serie de acciones en tres direcciones para paliar esas persistentes desigualdades.
La primera sería apoyar a los Gobiernos para que implementen la Agenda 2030 en cuestiones de género. La otra sería dar mayor papel y recursos a la sociedad civil que trabaja en esa dirección y reforzar el multilateralismo, ya que es el primer ámbito donde ha permeado en todas sus capas la importancia de la cuestión de género.